
El éxito de Polonia
La caída del comunismo soviético fue un proceso que se inició en Polonia cuando el movimiento «Solidaridad» [«Solidarność»] finalmente causó la caída del régimen opresivo e inhumano. Un fuerte motivo en procurar el cambio fue el deseo de entablar de nuevo relaciones con las instituciones internacionales y regresar a Europa.

.Desde aquel entonces la transformación económica de Polonia fue un éxito espectacular acompañada por un constante crecimiento económico. En realidad Polonia era el único país miembro de la Unión Europea en el que el aumento de ingresos se mantenía todo el periodo de la crisis financiera del año 2008 y últimamente es un país en el que se registraron las pérdidas económicas más bajas ocasionadas por la pandemia de la COVID-19. Las estadísticas relativas al nivel de vida por supuesto se interpretan y deforman de diversas maneras, sin embargo, demuestran un acercamiento asombroso con Europa occidental. La medida más fácil y más intuitivamente atractiva es cuánto tiempo vive la gente. En 1990 la esperanza de vida en Polonia y en Ucrania fue casi idéntica (respectivamente 70,9 y 70,1 años), mientras los datos más recientes (2019) demuestran 77,9 y 71,8 años. Los polacos viven cada vez más tiempo y mejor.
Estos datos no son resultado de un caso fortuito, sino más bien reflejan la calidad de instituciones, como también señales e incentivos [de parte de las autoridades]. El consenso actual de los economistas y politólogos identifica las instituciones como los formadores clave de desarrollo. Sin embargo, buenas instituciones no se pueden crear de inmediato: requieren un debate cuidadoso y constante atención al diseño institucional. Crear un orden legal y económico viable y dinámico también depende de forma crucial de aprender de otros.
Viendo la transformación de forma convencional, toda la atención se enfoca en un gran drama de liberación del año 1989, el carisma de Juan Pablo II, el Papa polaco, y las visiones atrevidas de los participantes de la Mesa Redonda. Sin embargo, el proceso del diseño institucional tomó mucho más tiempo: terminó de realizarse hasta finales de los años noventa del s. XX y ese logro fue lo que constituyó el marco para la continuación del milagro económico.
El desarrollo institucional reflejaba una nueva forma de ver qué era la mejor práctica internacional. Durante los años ochenta del s. XX fue creada literatura académica considerable sobre la inflación, como también sobre la estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico. El nuevo consenso sugería que en los países industrializados, pero también viéndolo de forma más general, la independencia del banco central (CBI) fue estrechamente relacionada no solo con tasas de inflación más bajas, sino también con mejores resultados económicos. Ya era bien sabido que las autoridades monetarias frecuentemente eran sujetas a presiones políticas, lo que generaba un nivel más alto de índices de crecimiento monetario, pero tal dependencia no se traducía en la mejora de los índices de crecimiento a largo plazo.
La literatura inicialmente se estaba desarrollando en base a la convicción de que establecer mecanismos de compromiso sólidos es un elemento esencial para establecer la credibilidad de la política [del banco]. Ese enfoque subrayaba el elemento contractual de la posición de los bancos centrales y por consiguiente se enfocaba en los términos de contratos definidos de forma explícita o las leyes que establecían los bancos centrales.
El final del comunismo en Polonia fue acompañado por la hiperinflación: en un mes, octubre de 1989, el aumento de precios fue de un 54%, en enero de 1990 de un 80% y el índice de inflación anual de 1990, según los cálculos del Fondo Monetario Internacional [FMI], fue de un 585%. Esa inflación fue un elemento necesario para dejar que los precios relativos se ajustaran a la economía de mercado: una política anti inflación rígida hubiera sido brutalmente destructiva y contraproducente en ese momento. Los índices altos de la inflación se mantuvieron en toda la década de los noventa y permitieron establecer la economía de mercado. En 1995 fue aún de un 27,8%, en 1997 justo por debajo de un 15%.
Nueva posición del banco central en Polonia fue parte de una reorganización constitucional general y nueva constitución del año 1997. Ese movimiento solo se puede entender como parte del deseo constante de acercamiento institucional a Europa y al ideal europeo: a través de ser miembro de la OTAN y luego de la UE. Un banco central independiente y la regla fiscal eran parte del proceso de convergencia. El objetivo fiscal definido en el art. 216, párrafo 5 de la Constitución de la República de Polonia reproducía el límite de un 60% definido en el Tratado de Maastricht y en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE: «No se tomarán préstamos ni concederán garantías financieras a cuya consecuencia la deuda soberana del Estado sobrepase un 3/5 del valor del Producto interior bruto anual (…)». La legislación relativa al banco central (art. 227 de la Constitución de la República de Polonia) parecían una repetición de la ley de Bundesbank donde el énfasis fue puesto en «asegurar» el valor de la moneda o la estabilidad de los precios: «El Banco Central de Polonia [Narodowy Bank Polski] será responsable del valor de la moneda polaca».
Ese movimiento, como también los detalles establecidos en la Ley de Banca [Prawo bankowe] de 1997 correspondían a los de otros países en todo el mundo. La segunda fase del proceso de la Unión Monetaria Europea, prevista en el Tratado de Maastricht, requería el movimiento hacia la independencia del banco central; y el nuevo, único e independiente Banco Central Europeo empezó a existir en 1999.
.En Polonia ese movimiento fue un éxito: la inflación cayó al nivel por debajo de un 2% en 2002 y dio una base para tomar decisiones de negocios que llevaron a construir una economía emprendedora y exitosa.
Harold James
Texto publicado simultáneamente con la revista mensual de opinión Wszystko Co Najważniejsze [Lo Más Importante] en el marco del proyecto realizado con el Instituto de Memoria Nacional y el Banco Central de Polonia, Narodowy Bank Polski (NBP).
