El parón europeo y la crisis energética son el momento de los cambios
La agresión de Rusia contra Ucrania no solo fue una violación brutal de todas las normas internacionales, sino que también causó repercusiones económicas de gran alcance relacionadas con la reorientación comercial y energética.
.La guerra, que comenzó con el chantaje económico en 2021, a través de la reducción del suministro de gas en Europa, hace que 2022 sea un año de estallido de burbujas especulativas en los mercados globales, y la economía de la Unión Europea está amenazada de recesión o estanflación. Pero algo bueno puede salir de esta crisis, como en los años 70.
Parón por ahora, pero tal vez la estanflación también
.Una serie de datos de las encuestas del Índice de gestores de compras (Purchasing Managers Index – PMI) de la industria europea pintan un panorama de recesión. Todas las lecturas para Alemania, Francia y la zona del euro en general se han vuelto rojas, cayendo por debajo de los 50 puntos, el límite entre el crecimiento económico y la desaceleración. El PMI de servicios en Francia y la zona euro todavía se mantiene por encima de este nivel, pero no por mucho tiempo.
En el pronóstico económico de verano, la Comisión Europea pronostica un nivel récord de inflación este año para toda la UE y la zona del euro, y también redujo el crecimiento esperado para el cambio de 2022 y 2023.
Tal como predijo la Comisión Europea, la economía de la UE crecerá a una tasa del 2,7 % en 2022 y del 1,5 % en 2023.
La CE pronostica que en 2022 la inflación alcanzará el nivel más alto de la historia y ascenderá al 8,3 % en toda la UE. En 2023, este indicador bajará al 4,6%.
El Banco Central Europeo inició una serie de subidas de tipos de interés iniciadas por una subida de 50 puntos básicos. Además, la tasa de depósito aumentó de -0,5 a 0 por ciento, poniendo así fin a la era de las tasas de interés negativas, que se prolongó durante 11 años. A pesar del aumento mayor al esperado, la moneda común no logró continuar con sus ganancias frente al dólar estadounidense. Esto se debe a la falta de un anuncio claro de nuevas subidas de tipos en septiembre, que dependerá de los datos publicados en agosto y septiembre.
Por ahora, según las previsiones de la mayoría de los economistas europeos, el crecimiento económico se ralentizará significativamente en la segunda mitad de 2022, pero se acelerará en 2023. Con una inflación elevada y unas condiciones de financiación cada vez más difíciles, será importante encontrar el equilibrio adecuado entre seguir un rumbo más cauteloso en política fiscal y proteger a los más necesitados. Todo esto mientras se reduce la dependencia de los combustibles fósiles rusos. En vista de lo desconocido, a saber, el curso de la guerra y la posibilidad de suministro de gas, este pronóstico está sujeto a una alta incertidumbre y al riesgo de caídas.
Los años 70 à rebours
.La década de 1970 no se considera un buen período en Francia y en todo Occidente. Fue una época en la que la calidad de vida del europeo medio decayó. También fue un período de estanflación. Como entonces, estamos experimentando choques de suministro, en aquella época, debido al embargo de petróleo por parte de los países árabes, y ahora debido a la pandemia y la agresión rusa a Ucrania y sus consecuencias. La inflación ha aumentado, el crecimiento económico ha caído, como en aquellos años. En aquel momento, la crisis energética fue causada por la excesiva dependencia de los suministros de petróleo de una sola dirección y las tecnologías antieconómicas.
Un efecto directo de la crisis del petróleo fue el plan francés Mesmer, que supuso grandes inversiones en energía nuclear. Gracias a ellos, Francia aumentó gradualmente su autonomía estratégica. Los EE.UU. hicieron algo similar. También se han producido coches pequeños que necesitan menos combustible.
Países y marcas que han contribuido a esta transformación global se han beneficiado de estos cambios, como las japonesas Toyota y Honda, ofreciendo coches de bajo consumo que los gigantes estadounidenses no han podido producir, o empresas danesas como Vestas, que empezó desarrollando la producción de aerogeneradores, y Danfoss, que en aquel momento se centró en las bombas de calor.
¿Qué nos enseñó la crisis de hace 50 años?
.Que no se puede exagerar subiendo las tasas de interés cuando los factores que influyen en los precios están fuera del control de los bancos centrales. Existe una delgada línea entre un aterrizaje suave y una crisis económica en la que el desempleo aumenta y toda una generación se ve privada de la oportunidad de desarrollarse. Europa ya lo hacía después de 2008.
La actual crisis energética rusa también es una oportunidad para intensificar el desarrollo de tecnologías nucleares que pueden ayudar en la transición de los combustibles fósiles. Actualmente, algunos países que desean abandonar la energía nuclear (por ejemplo, Bélgica) se han „disculpado” por esta solución y han renunciado a sus planes antinucleares.
El abandono acelerado de los combustibles fósiles, combinado con una mayor eficiencia y adecuación energética, podría ser un cambio clave por lo que las futuras generaciones nos lo agradecerán. Que no desperdiciemos esta oportunidad, porque quizás gracias a esto podamos evitar la estanflación.
Piotr Arak