

Década de Europa Central
Países de Europa Central y Oriental en la próxima década aumentarán notablemente la renta per cápita en la región y alcanzarán las economías del Sur de Europa.
Según los datos del Banco Mundial los países miembros de la UE de Europa Central y Oriental pertenecen en su mayoría al grupo de países con un ingreso alto, mientras que hace treinta años eran clasificados como países con un ingreso bajo o medio. A pesar de este éxito, aún no han alcanzado a los países ricos. La renta per cápita para Europa Central y Oriental es todavía significativamente inferior a la media de la UE. ¿Quiere decir que ha llegado el momento que los países centroeuropeos reduzcan notablemente la distancia con el resto de países de la UE, denominados como occidentales desde 1945?
Quisiera responder a esta pregunta, teniendo en cuenta la crisis causada por el coronavirus, las inversiones extranjeras directas, educación y migración, como también tomando en cuenta la amenaza de la trampa del ingreso medio.
Gráfico 1. Crecimiento del PIB en los países de Europa Central y Oriental miembros de la UE.

Fuente: Eurostat 2020
En la década que está empezando, todos los países de la UE van a enfrentar grandes desafíos. Como consecuencia de la crisis también los países de Europa Central y Oriental han sido afectados por el hundimiento de la producción y de demanda. Según los pronósticos de la Comisión Europea el PIB de Alemania va a disminuir en 5,6%. Esta disminución será mucho más fuerte en los países de Europa Central y Oriental tales como Eslovenia (7,1), Eslovaquia (7,5), Hungría (6,4) y Croacia (9,6). Las excepciones son Polonia (3,6) y Lituania (2,2). La regresión en Europa Central y Oriental, sin embargo, será menor que en el Sur de Europa –España (12,4), Italia (9,9), Portugal (9,3) y Grecia (9,4) serían mayormente afectados por la crisis. Visiblemente aumenta en ellos el desempleo que ya antes era alto. Podría esperarse que los países de Europa Central y Oriental cuya adhesión a la UE fue en 2004, sobrepasarán a los países miembros de la UE del Sur de Europa en cuanto a la renta per cápita.
En el desarrollo dinámico de la economía influyen en gran medida las inversiones extranjeras que se mantienen. Estas inversiones contribuyen a la transferencia de conocimientos y ayudan a optimizar los procesos de producción. A mediano y largo plazo eso lleva al desarrollo económico. Los países de Europa Central y Oriental en los últimos años han logrado atraer las inversiones directas en distintos grados. Polonia y Eslovenia lograron aumentar su afluencia, mientras que en los países bálticos esas eran desiguales y en Hungría y República Checa se registró su disminución. Una importancia decisiva para el desarrollo sostenible la tiene también el sector en el que se hacen esas inversiones. En los últimos años la mayor cantidad de inversiones directas aparece en la industria manufacturera.
Este fenómeno sorprende un poco, porque en los 90 y a principios del s. XXI la tendencia iba hacia el sector de la informática y de servicios financieros. Las causas se encontrarían sobre todo en las consecuencias de la crisis de puntocom desde 2000 y de la crisis financiera y económica desde 2007. La primera afectó a las empresas informáticas europeas, mientras que la segunda desestabilizó el sistema financiero y bancario europeo.
Actualmente tanto el sector informático, como los servicios financieros se consideran prometedores, unas pequeñas inversiones directas en estos sectores, hechas en los países centroeuropeos, pueden indicar que está deteniéndose el proceso de ir alcanzando a los principales países industrializados. Esta tendencia será fortalecida por la crisis actual, si la actitud bastante liberal de los países centroeuropeos hacia las inversiones directas es revisada. Ya se puede notar –la Comisión Europea advirtió a los países miembros de la UE de adquisiciones en los sectores estratégicos de la economía. En los últimos meses algunos países de Europa Central y Oriental, p. ej. Eslovenia y Eslovaquia, han reforzado sus leyes referentes a las inversiones directas extranjeras. El tiempo demostrará si un reforzamiento disminuirá el atractivo de la región, en especial en relación a las economías emergentes, como la china.
Aparte de las inversiones directas, un rol decisivo en el proceso de crecimiento lo juega el capital humano. Los países de Europa Central y Oriental tienen en ese campo logros dignos de imitar. En los países cuya adhesión a la UE tuvo lugar en 2004, el porcentaje de la población con una educación baja se logró disminuir a un nivel del 10-16%. En Croacia es de 18%, Bulgaria 22%, Rumanía 25%, es decir cerca de la media de la UE, en cambio en los países del Sur de Europa dichos indicadores llegan a un 50%.
Se desarrolló de forma significativa la formación profesional, así la han terminado cerca de dos tercios de la población en la República Checa y Eslovaquia. Los siguen Polonia, Hungría y países bálticos, donde esa tasa es de aprox. un 60%. Superan entonces a países tales como Alemania y Austria que tienen un fuerte sistema de formación profesional. Sin embargo, eso repercute de forma negativa en la formación universitaria. Los países de Europa Central y Oriental (incluido Alemania) a este respecto se encuentran en la parte final de la lista, siendo la diferenciación bastante amplia. Lituania se sitúa cerca de las primeras posiciones (37,9%), y Rumanía entre los países con el menor porcentaje de personas con educación superior (16%).
Tabla 1. Población según el nivel de educación en porcentaje.
Baja cualificación (ISCED 0-2) | Media cualificación (ISCED 3-4) | Alta cualificación (ISCED 5-8) | |
Bulgaria | 21,9 | 53,5 | 24,7 |
República Checa | 12,3 | 66,1 | 21,6 |
Estonia | 15,8 | 47,7 | 36,5 |
Croacia | 18,1 | 59,9 | 22 |
Letonia | 14,9 | 53,8 | 31,4 |
Lituania | 11,1 | 51 | 37,9 |
Hungría | 20 | 57,6 | 22,5 |
Polonia | 13,3 | 58,5 | 28,2 |
Rumanía | 25,1 | 58,9 | 16 |
Eslovenia | 15,8 | 54,9 | 29,3 |
Eslovaquia | 14,5 | 62,3 | 23,1 |
Fuente: Eurostat 2020
Estrechamente relacionada con la educación de la población se encuentra la afluencia y salida de los trabajadores cualificados. En este contexto las oportunidades y amenazas están entrelazadas. Los ciudadanos de Europa Central y Oriental que tienen formación profesional son trabajadores buscados en países tales como Alemania y Austria, mientras que los que tienen educación secundaria encuentran, por buen manejo del idioma, la oportunidad de trabajo y educación también en Gran Bretaña. Cuánto los países de Europa Central y Oriental pierden por la emigración de personas altamente cualificadas, es decir fuga de cerebros, o cuánto provecho sacan de inmigración, depende de la disposición de esas personas a regresar. Esperanzadoras son las estadísticas alemanas. La mayoría de los ciudadanos móviles de Europa Central y Oriental se queda en Alemania no más de 5 años. Aunque no disponemos de información más detallada sobre el tema, cabe sospechar que la mayoría de ellos regresa a sus países de origen. Los sondeos indican que gracias a una estancia en el extranjero los habitantes de Europa Central y Oriental aumentan sus salarios. Eso se puede explicar fácilmente por los contactos hechos y el conocimiento de idiomas, países y sistemas de producción. Los que regresan ganan el conocimiento y habilidades que son remunerados adecuadamente en el mercado laboral de origen. Eso fortalece el capital Humano de los países de Europa Central y Oriental, favorece la cooperación europea y ayuda a disminuir la distancia con los países más ricos de la UE en cuanto a la renta per cápita.
En base a los argumentos presentados, cabe suponer que los países de Europa Central y Oriental en los próximos diez años van a aumentar de forma significativa su ingreso y alcanzarán a las economías del sur de Europa. Un alto nivel de educación, desempleo bajo y acceso al mercado interno de la UE reducen la susceptibilidad a las crisis y hacen a los países miembros de la UE de Europa Central y Oriental atractivos lugares para inversiones extranjeras directas. Sin embargo, es motivo de preocupación la concentración en los sectores de la industria manufacturera, el aún bajo porcentaje de personas con educación superior y la emigración de los trabajadores altamente cualificados. Se necesitan aquí esfuerzos considerables para alcanzar a los países de la UE del Norte y Occidente. Existe el riesgo que el proceso de recuperación de atrasos de los países de Europa Central y Oriental se detenga y que estos no eviten la trampa de ingreso medio, sobre todo si van a adoptar estos eslabones de la cadena de valor en los que ya no es posible una rentable producción de los países del Norte y Occidente de Europa. Europa Central y Oriental debería contrarrestarlo y competir por los atractivos sectores del futuro. Si eso se logra, la década que está empezando puede convertirse en la década de los países de esta región de Europa.
Texto publicado simultáneamente con la revista mensual de opinión Wszystko Co Najważniejsze[Lo Más Importante] en el marco del proyecto Década de Europa Central realizado con la Bolsa de Valores de Varsovia.