Barbara FEDYSZAK-RADZIEJOWSKA: “Solidaridad” agrícola. Una comunidad de “religión y rabia por el pasado”

es Language Flag “Solidaridad” agrícola. Una comunidad de “religión y rabia por el pasado”

Photo of Barbara FEDYSZAK-RADZIEJOWSKA

Barbara FEDYSZAK-RADZIEJOWSKA

Hoy, recordando casi exclusivamente Agosto de 1980 y las protestas de los trabajadores, ¿somos fieles a la verdad sobre el pasado?

.El periodista y columnista Timothy Garton Ash, que visitó a los agricultores en huelga en 1981 en Rzeszów, puso en duda la racionalidad de la comunidad urbana y rural, escribiendo: “Porque, al fin y al cabo, los intereses objetivos de estos dos grupos sociales (es decir, obreros y campesinos) no son en absoluto idénticos”. ¿Por qué, en 1980 y 1981, estos intereses objetivos de los habitantes de las ciudades y pueblos, así como de agricultores y “obreros”, resultaron ser, sin embargo, comunes? Creo que T.G. Ash subestimó el poder de la peculiar comunidad de ira, religión y valores que unía a la mayoría de los polacos de la época.

Comprender el proceso que, tras muchas huelgas, acuerdos parciales y numerosos avances, condujo finalmente al registro del Sindicato Independiente de Agricultores Individuales “Solidaridad” (NSZZ “Solidarność” Rolników Indywidualnych) el 12 de mayo de 1981, requiere una nueva mirada a la experiencia del campo y los agricultores polacos. Esto se debe a que la historia de la lucha por el registro del NSZZ RI es la historia de la restauración de los plenos derechos civiles y políticos de los habitantes del medio rural polaco, que fueron privados de su identidad política e ideológica en 1947, sometidos después a un brutal intento de colectivización entre 1948 y 1956, y finalmente asignados al papel de productores de materias primas agrícolas, personas dirigidas por el Comité Central del Partido Obrero Unificado Polaco (KC PZPR) a través del Partido Campesino Unificado.

En Rzeszów, un gran cartel colgaba en la Plaza de la Victoria en 1981, con las letras que formaban la palabra “Solidaridad” desplegadas de la siguiente forma:

S jak sprawiedliwość [S de justicia]

O jak ofiarność [O de sacrificio]

L jak ludowładztwo [L de poder popular]

I jak ideowość [I de idealismo]

D jak demokracja [D de democracia]

A jak aktywność [A de actividad]

R jak równość [R de igualdad]

N jak niezależność [N de independencia]

O jak optymizm [O de optimismo]

Ś jak świadomość [Ś de conciencia]

Ć jak cierpliwość [Ć de paciencia]

Difícilmente podría haber un ejemplo mejor de los valores que construyeron comunidad incluso entre los grupos aparentemente más divididos que unidos. Pero, al fin y al cabo, la “rabia por el pasado” unió al pueblo y a la ciudad en un sentimiento solidario de injusticia y humillación. El recuerdo de las víctimas de las huelgas de Poznań en 1956, Gdynia, Gdańsk, Szczecin en 1970, de las víctimas de la lucha contra la clandestinidad independentista, de los crímenes cometidos contra los militantes del PSL (Partido Popular Polaco) de Stanisław Mikołajczyk, de las represiones contra los campesinos durante la colectivización unió, más que dividió, a estas dos comunidades.

También les unía un ethos igualitario y una solidaridad entendida de acuerdo con las enseñanzas de San Juan Pablo II, en palabras de san Pablo: “sobrellevar los unos las cargas de los otros”. El derecho a una unión independiente y autónoma, el derecho a una pensión por la que no haya que renunciar a la propia tierra, el respeto a la persona para que no se vea obligada a trasladarse en medio de la noche, eran valores comunes, no valores que dividían a la gente.

También les unía su actitud ante la fe, la Iglesia católica y los grandes jerarcas de esa Iglesia: el cardenal primado Stefan Wyszyński y el Santo Padre Juan Pablo II. Las huelgas obreras y campesinas estaban también inmersas en los símbolos del cristianismo y eran “atendidas” por sacerdotes: pastores que celebraban misas para los huelguistas, les brindaban atención pastoral y palabras de aliento.

Añadamos que el sentimiento de comunidad de los campesinos que luchaban por su sindicato no era solo de carácter sectorial, agrícola, sino que se refería a la comunidad local, a la pequeña patria, que es la base del autogobierno local. Las más importantes y al mismo tiempo las más difíciles para las autoridades comunistas eran dos reivindicaciones clave: el derecho a la representación sindical independiente de los agricultores y las garantías constitucionales para las explotaciones agrícolas privadas y familiares, es decir, la propiedad privada de la tierra.

La colectivización, a pesar de la enorme presión, el acoso, la represión y las detenciones, fracasó y no logró transformar la agricultura polaca según las recomendaciones del Kominform de 1947. Resulta significativo que hasta después de 1970 los campesinos polacos no recibieran los títulos de propiedad de las tierras de la reforma agraria del Comité Polaco de Liberación Nacional (PKWN) de 1944. No fue hasta la época del gobierno de Edward Gierek cuando se les eximió de las entregas obligatorias, lo que permitió a las explotaciones familiares adquirir tractores y cosechadoras individualmente (y no solo en el marco de asociaciones agrícolas). Pero incluso entonces, la Constitución de la República Popular de Polonia (tras las enmiendas de 1976) proclamaba (art. 11): “Labase del sistema social y económico de la República Popular de Polonia es un sistema económico socialista basado en los medios de producción socializados y las relaciones de producción socialistas”. A su vez, el art. 15 establecía las prioridades de la República Popular de Polonia del siguiente modo: “crea las condiciones para una agricultura propicia a la transformación socialista del campo, (…) atiende a las explotaciones individuales (…), presta apoyo y asistencia (…) a las cooperativas de producción agrícola, (…) desarrolla y fortalece las explotaciones estatales”. Este despliegue tan enfático enviaba un claro mensaje de que la propiedad privada de la tierra en la agricultura no tiene las suficientes garantías constitucionales. Muchas soluciones concretas, incluida la ley del 27 X 1977 sobre el sistema de pensiones, comúnmente denominada “pensión por la tierra”, se consideraron otro intento de transformar la agricultura polaca en una “agricultura socialista”.

No es sorprendente que surgieran nuevas formas de protesta y autoorganización de los agricultores en respuesta a esta ley. Las ideas agrarias, es decir, la propiedad privada de la tierra, el campesinado, el carácter rural y el cooperativismo, resultaron estar tan profundamente arraigadas en las actitudes del campesinado polaco que, a pesar de la eliminación de la representación política, los círculos campesinos dispersos y sin organización ganaron la batalla por la propiedad privada de la tierra contra los comunistas.

La elección de Karol Wojtyla a la Santa Sede y su peregrinación a Polonia en 1979 constituyeron un avance indudable. Fue entonces cuando se hizo evidente la magnitud de la resistencia potencial de la sociedad polaca a la ideología y la práctica comunistas. En un estado de peculiar movilización espiritual, que Juan Pablo II evocó en la plaza Zwycięstwa de Varsovia, fue posible el Agosto de 1980 y la consiguiente aparición de las organizaciones independientes polacas: el Sindicato Independiente “Solidaridad” (NSZZ “Solidarność”) y el Sindicato Independiente de Agricultores Individuales “Solidaridad” (NSZZ Rolników Indywidualnych “Solidarność”).

Los programas de las peregrinaciones de Juan Pablo II a Polonia incluían siempre misas y homilías especiales pronunciadas en encuentros con habitantes del entorno rural y agricultores polacos. La Iglesia y sus pastores también estaban con los campesinos, como el sacerdote Czesław Sadłowski en Zbrosza Duża o el arzobispo Ignacy Tokarczuk en la diócesis de Przemyśl. El Consejo General del Episcopado Polaco expresó en varias ocasiones su firme apoyo a las reivindicaciones de los agricultores.

La batalla por sus propios sindicatos independientes de agricultores o por garantías para la propiedad privada de la tierra no terminó definitivamente en febrero de 1981. Ese mismo mes, el presidente del Comité Supremo del Partido Campesino Unificado (ZSL), Stanisław Gucwa, cuestionó el sentido de crear una “Solidaridad” de agricultores, y Bolesław Strużek (ZSL) trató de forzar una ley de autogobierno agrícola (que debilitó la demanda del sindicato de agricultores). La batalla continuaba, demostrando que el éxito final depende de la solidaridad y el sentido de comunidad en tres dimensiones importantes. La primera era la solidaridad con el pasado, es decir, con la tradición del movimiento social y político popular, destruida durante la era estalinista; la segunda dimensión de la solidaridad implicaba el acuerdo dentro del propio entorno, es decir, la cooperación entre las diversas corrientes del movimiento sindical independiente, campesino, agrícola y rural; y la tercera dimensión de la solidaridad dependía para su éxito de un sentido de comunidad entre la ciudad y el campo, y entre el entorno obrero y agrícola.

El Movimiento Popular de la Segunda República de Polonia era una formación que apelaba a los valores del agrarismo. ¿Por qué no hubo lugar para el agrarismo popular en la República Popular de Polonia? En este caso parecen ser clave los cuatro elementos sobre los que el movimiento popular construyó su autoestima entre los campesinos: la propiedad privada de la tierra como garantía de su independencia y libertad; el campesinado entendido como la identidad positiva de un grupo social al menos igual, si no “superior”, a los terratenientes y obreros en cuanto a su patriotismo, laboriosidad e independencia; la ruralidad, con su función modernizadora, entendida como la convicción de que el campo es un lugar mejor para vivir que la ciudad, a condición, por supuesto, de que se introduzcan soluciones modernas en las cabañas y las aldeas de los campesinos (a la escala de aquellos tiempos, como es el caso de las letrinas separadas del edificio principal); y el cooperativismo, también con su función a favor de la modernización, ya que mejoraban los ingresos y la seguridad económica de los campesinos mediante la acción comunitaria o, como decimos en la actualidad, según los principios de la economía social. Las instituciones económicas cooperativas (bancos, compañías de seguros, cooperativas de círculos agrícolas, transformación y comercio de productos agrícolas) reflejaban bien la especificidad económica del empresariado agrícola.

Todos estos valores eran funcionales para la modernización del campo polaco, pero ninguno de ellos encajaba en la visión de una agricultura nacionalizada o colectivizada según los modelos soviéticos, en la que el lugar de los campesinos lo ocuparían los “obreros agrícolas”. En el agrarismo, la propiedad privada de la tierra era la base de la libertad y la independencia de los campesinos. En este contexto, resulta comprensible el hecho de que las autoridades comunistas, al liquidar el PSL, intentaran apropiarse de las palabras “cooperativa” y “reforma”, cambiando su significado mediante la sustitución por contenidos completamente nuevos. En su disputa con los comunistas, el Partido Popular Polaco de Stanisław Mikolajczyk defendió consecuentemente la democracia social, la libertad, la propiedad, la justicia, la empresa privada y las cooperativas. No es de extrañar que una condición para la supervivencia del ZSL tras las elecciones amañadas de 1947 fuera el rechazo del agrarismo en el programa del nuevo partido naciente.

¿Por qué se registró el Sindicato Independiente de Agricultores Individuales “Solidaridad” (NSZZ RI “Solidarność”) casi cinco meses después del inicio de la huelga de ocupación en Ustrzyki Dolne (1980)? ¿Acaso las autoridades subestimaron a las comunidades rurales y agrícolas y “ganaron tiempo”, contando con su cansancio y resignación? Tengo la impresión de que el aplazamiento de la decisión fue una manifestación del temor de las autoridades de la República Popular de Polonia a la reconstitución en Polonia de un movimiento campesino independiente, en referencia al programa y los valores del PSL de Stanisław Mikołajczyk.

La solidaridad campesina-rural-agrícola surgió como un hecho social y político real en Poznań (8-9 de marzo de 1981), cuando se alcanzó un acuerdo entre los círculos de la “Solidaridad” Campesina, Rural y Agrícola y se adoptaron los estatutos y el nombre de la nueva organización, el Sindicato Independiente de Agricultores Individuales “Solidaridad” (NSZZ Rolników Indywidualnych “Solidarność”). El siguiente paso fue la huelga de ocupación de los agricultores en marzo en el Comité Provincial del ZSL en Bydgoszcz, desencadenada por las manipulaciones de las autoridades, que querían “sustituir” a los campesinos de los Círculos y Organizaciones de Agricultores como la mejor representación sindical. Tres días después, el 19 de marzo, tuvo lugar la llamada provocación de Bydgoszcz durante una sesión del Consejo Nacional Provincial, a la que asistieron conjuntamente activistas de la Junta Regional Obrera y dirigentes de la “Solidaridad” agrícola. Las fuerzas del orden golpearon “solidariamente” entonces a los líderes de las dos comunidades, Jan Rulewski y Michał Bartoszcze.

En la Polonia socialista, la permanencia de la propiedad privada de la tierra fue el resultado de un compromiso que las autoridades tuvieron que aceptar tras la derrota de la colectivización, pero con el que nunca llegaron a un acuerdo a nivel político. En 1981, el recuerdo de los acontecimientos de 1946-1948 era mucho más vívido de lo que pensamos hoy. Les separaba un período de 32 años y menos de 30 años de la derrota de la colectivización. Las autoridades de la República Popular de Polonia recordaban las elecciones de 1947 perdidas por el PSL de Stanisław Mikołajczyk y la derrota del referéndum (1946). A pesar de la eliminación de los dirigentes y las estructuras de ese partido de la escena política y de los numerosos crímenes y detenciones de sus militantes de base, tanto los resultados del referéndum como los de las elecciones tuvieron que ser falsificados.

No es de extrañar que las autoridades comunistas estuvieran preocupadas por el reforzamiento del grupo social que aún poseía tierras. Temían la reactivación de los valores del agrarismo, que seguían vivos en la memoria campesina, y de la solidaridad urbano-rural y entre campesinos y obreros, porque gobernar a los polacos era mucho más fácil cuando se mantenía a estos dos grupos sociales en una especie de conflicto civilizatorio. Así pues, las razones por las que se tardó tanto en registrar la “Solidaridad” agrícola fueron complejas y más significativas política y socialmente de lo que nos puede parecer hoy en día.

Uno de los participantes en la huelga campesina de Rzeszów y también colaborador secreto, conocido con el alias Walter, según una nota redactada por el capitán J. Gaja, explicaba: “Basándome en mis observaciones, juzgo que esta huelga se habría desvanecido hace mucho tiempo de no ser por dos elementos que la componen: la religión (todo el entorno, misas, sermones, canciones) y la rabia acumulada hacia el pasado”. Si las motivaciones de los huelguistas hubieran sido únicamente “de reclamación” y económicas –es decir, limitadas a la reivindicación de una pensión sin ceder tierras al estado–, la determinación probablemente habría sido menor. El mencionado TW, que participó activamente en los acontecimientos, fue muy preciso al evaluar las fuentes de la resistencia campesina.

La propiedad de la tierra no tenía un valor puramente económico para los campesinos, aunque hoy parezca tener ese carácter. Era una fuente de dignidad, libertad e independencia para la familia campesina, su arraigo a la tradición, a la comunidad local, incluida la parroquial, que ayudaba a preservar no solo la tierra sino también la fe y la fidelidad a la Iglesia

Todos los intentos de las autoridades comunistas de construir unaeconomía agrícola sobre formas socialistas de propiedad y relaciones de producción socialistas trajeron de vuelta la rabia del pasado, es decir, el vivo recuerdo de los años estalinistas, la colectivización, las cooperativas de producción, las entregas obligatorias, los asesinatos, la represión y la liquidación del PSL de Stanisław Mikołajczyk. La lucha por la propiedad de la tierra fue para muchos, aunque probablemente no para todos los habitantes del mundo rural, una lucha por una Polonia libre y no comunista.

La batalla en torno a los sindicatos agrícolas también puso de manifiesto la existencia de una comunidad de diversos entornos y de muchas personas implicadas en actividades de oposición. El apoyo al movimiento de oposición campesina procedía de la llamada “derecha popular”, es decir, de los círculos que se identificaban con los valores del movimiento popular del PSL bajo Stanisław Mikołajczyk, y de los centros de pensamiento popular. Los círculos de PAX también buscaban formas de apoyar a los agricultores. Los campesinos y agricultores fueron apoyados (incluso antes de Agosto de 1980) por los llamados elementos antisocialistas, es decir, los círculos más importantes de la oposición anterior a agosto, el Comité de Autodefensa Social (KSS KOR), la Confederación de Polonia Independiente (KPN) y el Movimiento de Defensa de los Derechos Humanos y Civiles. También apoyaron a los agricultores expertos conocidos y respetados: la Prof.ª Jadwiga Staniszkis, el Prof. Andrzej Stelmachowski y el Prof. Zbigniew Wierzbicki. Periodistas extranjeros y polacos, actuaciones de artistas, donaciones en metálico y la presencia de los habitantes de Rzeszów frente al edificio fueron la prueba tangible y real de una comunidad que apoya solidariamente a los agricultores.

Sin duda, el apoyo de la “Solidaridad” de los trabajadores fue de la mayor importancia. La primera Convención Nacional de Agricultores, en diciembre de 1980, se celebró con el apoyo de “Solidaridad” de los trabajadores. En enero de 1981, las huelgas campesinas fueron apoyadas por la Comisión Nacional de Coordinación del Sindicato Independiente “Solidaridad” (KKP NSZZ “S”), y el 27 de enero llegaron a Rzeszów Lech Wałęsa y Andrzej Gwiazda, a quien la “Solidaridad” de Gdańsk había enviado como enlace y asesor. Naturalmente, los llamados acontecimientos de Bydgoszcz resultaron ser los más importantes. Cuando el 19 de marzo de 1981, en una reunión del WRN, los representantes de la junta regional, encabezados por Jan Rulewski, apoyaron la siguiente huelga de ocupación en la sede de la WK ZSL de Bydgoszcz, la historia se aceleró. El éxito de la huelga nacional de trabajadores selló el éxito de los campesinos, aunque, como recordamos, el registro del Sindicato Independiente de Agricultores Individuales “Solidaridad” (NSZZ RI “Solidarność”) no tuvo lugar hasta el 12 de mayo de 1981.

.El éxito de una comunidad de valores, religión, rabia del pasado y solidaridad dio lugar a una Polonia independiente y democrática. Hoy, recordando casi exclusivamente Agosto de 1980 y las protestas de los trabajadores, ¿somos fieles a la verdad sobre el pasado?

Barbara Fedyszak-Radziejowska

Una versión integral del texto apareció en el libro “Horyzonty kultury. Pomiędzy ciągłością i zmianą”, Editorial UKSW, Varsovia 2012. Recientemente ha sido recordado en “Gościniec Dożynkowy” del Instituto Nacional de Cultura y Patrimonio Rural con motivo del 40.o aniversario de la Capellanía de los Agricultores.

Material protegido por los derechos de autor. Queda prohibida su distribución salvo permiso explícito de la editorial. 01/12/2023