Ayudar a Ucrania es nuestro deber como civilización
Ante la injustificada agresión rusa contra Ucrania, todos tenemos el deber de oponernos a ella y mostrar una solidaridad desinteresada, y la ayuda generalizada a los ucranianos es una condición indispensable para el restablecimiento de la seguridad y la paz en nuestra parte del mundo.
.Desde hace 9 meses, en el centro de Europa, justo al otro lado de la frontera oriental de Polonia, Ucrania lucha por su libertad y su soberanía como país. Sin embargo, debemos ser conscientes de que Ucrania no solo lucha por su existencia, por su integridad o, finalmente, por el derecho a una vida digna para sus ciudadanos. Los ucranianos, al oponerse a la agresión rusa, han actuado en defensa de la civilización y la cultura europeas, en defensa de los valores de todo el mundo civilizado. Rusia, al atacar a Ucrania, ha roto los cimientos de nuestra civilización, ha rechazado sus logros, pues ¿de qué otra forma se puede explicar el hecho de asesinar a civiles y niños, bombardear hospitales, escuelas, convoyes humanitarios o romper las convenciones internacionales?
Los polacos conocen la civilización rusa de la muerte y la destrucción como pocas naciones, y son capaces de valorar el alcance de los crímenes rusos. También sabemos lo valiosas que son la libertad y la independencia de un país. Por eso, desde el 24 de febrero, procuramos sin descanso dar apoyo a quienes hoy hacen un enorme sacrificio en nombre de la libertad y la independencia. Se estima que el 70 % de la sociedad polaca ha participado en la ayuda a Ucrania de diversas formas. La nación polaca, ante el peligro, ha demostrado que puede estar unida, y el trabajo realizado por los voluntarios, los servicios públicos, los empleados de las instituciones estatales, locales y eclesiásticas y por los ciudadanos que se han unido para salvar las vidas de los ucranianos pasará a las páginas de la historia.
La guerra causada por la agresión rusa ha provocado la muerte y el sufrimiento de cientos de miles de personas, pero también enormes pérdidas materiales, incluidas las que afectan al estrato simbólico. Día tras día, vemos cómo los rusos destruyen la cultura y el rico patrimonio de Ucrania: directamente, con misiles que impactan en monumentos e instituciones culturales, e indirectamente, a través de la crisis en el suministro de energía y otros servicios públicos. La Convención de La Haya de 1954 dice claramente que la destrucción del patrimonio o los bienes culturales durante los conflictos se considera un crimen de guerra. Por eso nos hemos comprometido a apoyar a las instituciones culturales y a la conservación del patrimonio en Ucrania desde el primer día de la guerra. Estamos en contacto directo tanto con el ministro Ołeksandr Tkaczenko como con el Ministerio de Cultura y Política de Información de Ucrania, así como con instituciones ucranianas: museos, instituciones artísticas, bibliotecas y archivos.
Ya al principio de la guerra, creamos el Centro de Ayuda para la Cultura de Ucrania, que organiza y coordina los transportes con materiales para asegurar archivos, monumentos y museos. Este centro es utilizado como eje por instituciones culturales de todo el mundo: las ayudas de museos, instituciones culturales y organizaciones internacionales pasan por Polonia hacia Ucrania. Se transportan, entre otras cosas, generadores de electricidad, arcones, mantas ignífugas, lana de roca, tableros OSB, tubos de poliéster, extintores o sacos para arena. También apoyamos a los ucranianos en la conservación física de los monumentos in situ. Además, el gobierno polaco ha participado en la creación del Fondo del Triángulo de Lublin para la Digitalización del Patrimonio Cultural en Ucrania, tal y como postularon las autoridades de Kiev. Las instituciones polacas participan en la digitalización de los objetos del patrimonio cultural y en la creación de una plataforma digital para su archivo, conservación, desarrollo y difusión.
Al apoyar a Ucrania en la protección de su cultura y su patrimonio, debemos recordar que nos movemos en un ámbito extremadamente delicado y de gran importancia simbólica para la nación ucraniana. Por ello, al declarar nuestra disposición a recibir a las personas y los bienes culturales, debemos hacerlo con gran sensibilidad y respeto. En términos simbólicos, la evacuación de los bienes culturales es una especie de último recurso, por lo que, aunque ofrecemos nuestra disposición a proteger las colecciones o parte de las colecciones de las instituciones culturales ucranianas, nunca hemos presionado ni presionaremos sobre esta cuestión.
Polonia también apoya a los artistas y trabajadores de la cultura que se han refugiado de la guerra en nuestro país. Nuestras instituciones organizan prácticas y estancias para artistas, ofrecen empleos, cursos de idiomas, facilitan salas para colecciones de donaciones, ofrecen alojamiento, las escuelas de arte apoyan a los estudiantes ucranianos para que continúen su formación artística. En Polonia, la Orquesta Sinfónica de Kiev, la Orquesta Sinfónica Académica Juvenil de Ucrania „Slobozhansky” de Járkov y la Ukrainian Freedom Orchestra se preparan para sus giras europeas y mundiales. Ha sido en Polonia, en marzo, donde ha tenido lugar la primera exposición de reproducciones digitales de las obras de María Prymachenko, los museos y galerías de arte polacos organizan también otras exposiciones de arte ucraniano, incluyendo artistas contemporáneos y, finalmente, son los archivos polacos los que han creado y coordinan el proyecto „¡¡¡Mamá, no quiero que haya guerra!!!” – una exposición excepcional bilingüe que reúne dibujos históricos de 1946 de niños polacos, que constituyen un registro de sus experiencias durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de 1939-1945, junto con dibujos contemporáneos de niños ucranianos relacionados con la guerra que tiene lugar actualmente en Ucrania, recogidos en el portal Mom I see war. La exposición también se ha presentado en la mayoría de los centros diplomáticos de la República de Polonia en todo el mundo, incluso frente al Parlamento Europeo en Bruselas. Los medios de comunicación polacos también han lanzado canales especiales y servicios de noticias en ucraniano.
Tan importante como el apoyo material y la creación de unas condiciones de trabajo adecuadas para los profesionales de la cultura es el apoyo político a la conservación de la cultura y el patrimonio en Ucrania. Desde el principio de la guerra, Polonia ha expresado activamente su apoyo al llamamiento del ministro Tkaczenko para que se impongan sanciones a Rusia en el ámbito de la cultura y se restrinjan sus actividades internacionales en este ámbito, abogando, entre otras cosas, por que se retire a Rusia su condición de miembro de la UNESCO y por que elimine cualquier tipo de cooperación con representantes del mundo cultural de la Federación Rusa, así como la presentación de obras de la cultura rusa y artistas rusos en el espacio público. Junto con los países bálticos, Polonia está trabajando para bloquear la difusión de la propaganda rusa a través de plataformas de satélite cuyos operadores tienen su sede en la Unión Europea.
.Ante la injustificada agresión rusa contra Ucrania, todos tenemos el deber de oponernos a ella y mostrar una solidaridad desinteresada, y la ayuda generalizada a los ucranianos es una condición indispensable para el restablecimiento de la seguridad y la paz en nuestra parte del mundo. Es nuestro deber como civilización hacia nuestros vecinos y hacia las generaciones futuras, pero también hacia nuestra cultura, hoy defendida por Ucrania, que resiste contra la salvaje Rusia.
Piotr Gliński