Pacto Ribbentrop-Mólotov. Primer paso hacia la destrucción de la nación polaca
Hitler antes de la invasión instruyó a sus generales de no tener clemencia a los polacos. La política oficial alemana suponía la destrucción a través de hambre y las enfermedades del 85% de la población polaca hasta los años 50 del s. XX– escribe prof. Richard J. EVANS
.¿Por qué se firmó el pacto Ribbentrop-Mólotov? Prevalecieron las razones pragmáticas. Adolf Hitler y Josef Stalin de ese modo querían ganar tiempo e iniciar la invasión de Polonia, evitando un conflicto directo entre el Tercer Reich y la Unión Soviética. Eso le importaba especialmente a Alemania que en 1939 aún no estaba preparada para una guerra total. La URSS, en cambio, seguía recuperando sus fuerzas militares después de la gran Purga de los años 30.
El concepto del pacto en sí lo creó el ministro de Asuntos Exteriores alemán Joachim von Ribbentrop, antagonista aferrado de Gran Bretaña. Su objetivo era aislar Polonia de sus aliados, Francia y Gran Bretaña. París y Londres dieron a Polonia la garantía de la integridad territorial pero no eran capaces de cumplir ese compromiso sin la ayuda soviética. Firmar el acuerdo alemán-soviético de facto les ataba las manos. Adicionalmente el pacto aislaba Polonia del resto de la comunidad internacional, y abría la posibilidad a Alemania de obtener recursos naturales de la URSS para acelerar el ritmo de armamento.
El pacto no tenía mayor importancia a largo plazo –lo más probable es que la guerra iniciaría igual sin el pacto. Para Hitler era un imperativo conquistar los países eslavos, allí veía el espacio vital de Alemania –Lebensraum– en el que el Tercer Reich iba a gobernar para poder desarrollarse. «Los alemanes tienen que encontrar el coraje y la fuerza para juntarse y emprender el camino que los sacará del espacio vital limitado de hoy a nuevas tierras»– escribió en Mein Kampf. Teniéndolo en cuenta no era posible que Polonia evitara la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Es más, Hitler trataba la conquista de este país como una cuestión urgente porque estaba convencido de que le quedaba solo un par de años de vida. La solución de Múnich sobre la cuestión checa en 1938 e invasión en el resto del país en 1939 lo fortalecieron su convicción de que Gran Bretaña y Francia eran demasiado débiles para intervenir en defensa de Varsovia. Aunque es posible que sin el acuerdo con Moscú, el conflicto empezaría no en 1939, sino un año más tarde.
Sin duda alguna el pacto Ribbentrop-Mólotov fue sorprendente – porque tanto Berlín como Moscú veían en sí los enemigos ideológicos. Aparte los comunistas y nazis de base estaban impactados por firmar ese acuerdo, no eran capaces de entenderlo. En la mañana siguiente al anuncio del pacto soviético-alemán el jardín del frente de la sede de NSDAP en Múnich estaba lleno de las distinciones de los miembros de ese partido que estaban indignados por el desarrollo de la situación.
Simultáneamente hubo muchas renuncias en el partido Comunista de la Unión Soviética. Para Hitler y Stalin eso, sin embargo, no tenía mayor importancia. Ambos tenían razones suficientemente fuertes para firmar el tratado y asegurarse ante el estallido de la guerra abierta.
¿Por qué el ejercito británico y francés no decidieron ayudar a Polonia en 1939? Principalmente por la logística: Polonia estaba demasiado lejos «Guerra rara» (Drôle de guerre), en la que hasta la primavera de 1940 no pasó nada más que unas actuaciones provocadoras en el mar, reflejando falta de preparación de Gran Bretaña y Francia, falta de un liderazgo eficaz (Chamberlain seguía siendo el Primer Ministro del Reino Unido a pesar de que estaba en contra de la guerra) y la indecisión e indiferencia de los políticos. Finalmente, Chamberlain, en 1938, describió a Checoslovaquia como «un país lejano sobre el que no sabemos nada» a diferencia de países del Imperio Británico como Canadá y Australia.
Después de la toma de Checoslovaquia por los nazis, Polonia fue rodeada por tres lados por territorio alemán, desde donde comenzó la invasión. Cuando los soviéticos atacaron desde el este, el 17 de septiembre de 1939, quedó claro que los polacos perderían, su derrota era inevitable desde el principio, ya que los alemanes disponían de fuerzas militares mucho mejores y con equipamiento más moderno. La táctica militar alemana Blitzkrieg («guerra relámpago») en la que las fuerzas aéreas bombardeaban posiciones enemigas, los tanques y vehículos blindados atravesaban las líneas de defensa y la infantería en masa arrasaban las regiones del país, fue demasiado abrumadora para los polacos. El ejército polaco luchó con coraje increíble pero sin equipamiento moderno ni suficientes de municiones; no eran capaces de detener la tormenta alemana.
Muy parecido transcurso tenían, por cierto, las luchas en el frente occidental en 1940. Los ejércitos de Europa Occidental estaban bien equipados pero no preparados, mal coordinados, sorprendidos y se movían demasiado lento. No pensaban que el ejército alemán iba a ir por Ardenas y no por la llanura nordeuropea donde se esperaba la invasión. Fue por ese motivo que Alemania fue capaz de conquistar en dos años una gran parte de Europa Continental.
Aunque desde estos eventos pasaron más de 80 años, sigue habiendo discusiones sobre los orígenes de la Segunda Guerra Mundial – de todos modos fuertemente alineado con la política actual. Putin ha acusado en un par de ocasiones a Polonia de ayudar a Hitler a iniciar esta guerra, acusaciones que no tienen nada de verdad. Polonia no colaboró con Hitler, con la invasión alemana llegaron asesinatos en masa y brutalidad hacia los polacos con decenas de miles de arrestados, deportados y asesinados. Hitler instruyó a sus generales que no demostraran clemencia a los polacos y que exterminaran sus élites.
.Esto fue relacionado con el plan de destrucción de la nación polaca (no judía) expresó su famosa pregunta retórica refiriéndose al genocidio de 1915 «¿Quién ahora recuerda a los armenios?». La política alemana oficial formada en 1941 y entró en vigor durante la ocupación alemana suponía destrucción por hambre y enfermedades 85% de la población polaca hasta los años 50 del siglo XX. Los asesinatos en masa que empezaron en septiembre de 1939 fueron la antesala de ese genocidio que afortunadamente nunca se realizó del todo.
Richard J. Evans